Cuento clásico

El cuento que debíamos realizar sigue una estructura clásica: inicio, crisis y solución. Debía tener los siguientes personajes: protagonista, enemigo y aliado.

              El príncipe Carlos y el malvado Ogro
Érase una vez, un príncipe al que le gustaba mucho caminar por el bosque. Este príncipe se llamaba Carlos y amaba a Priscila una encantadora pueblerina de pelo cortito y anaranjado, tenía las pequitas más bonitas del reino. Un día el rey Juan Carlos avisó a su hijo Carlos de que un ogro se había llevado a una joven del pueblo. Carlos preguntó y preguntó a su padre de que mujer se trataba, ya que temía que se hubiesen llevado a Priscila. Su padre le contestó que no sabían de quien se trataba, y que debía de ir a casa del Ogro malvado, para salvar a la muchacha, y que para ello podría llevarse a su fiel amigo Pipo, una persona muy pequeñita pero con grandes ideas.
Una vez salieron del castillo Pipo le contó que al Ogro le encantaba llevarse a chicas jóvenes del pueblo y que debía darse prisa ya que a este peculiar ogro le encantaba comerse a sus víctimas. Carlos estaba muy asustado pero debía ser valiente ya que la chica podría ser Priscila. En su viaje se encontraron con muchos malvados a los que tuvieron que hacer frente y esquivar para llegar a la casa del Ogro. Cuando llegaron a la casa del Ogro, tocaron a su puerta, el Ogro contestó fuertemente - ¿Quien quiere molestarme?- ellos contestaron que venían en busca de la muchacha que ha desparecido y que el rey ordena que la devuelva con vida. El Ogro se enfadó muchísimo y pensó hacer un trato - Si  a la muchacha queréis conseguir, un acertijo debéis asumir- Carlos y Pipo aceptaron, ya que Pipo es muy listo y podrían conseguirlo. Pipo contesto- ¡Adelante con el acertijo!- El Ogro comenzó con el acertijo- Una preciosa muchacha guardo aquí, 50 pecas tiene, ni una más ni una menos, si sabéis quién es solo tenéis que responder. Inmediatamente Pipo comenzó a pensar y a establecer hipótesis, cuando Carlos le dijo- ¡No, Pipo, es mucho más sencillo!¡Yo conozco a esa chica, es Priscila!. El Ogro les devolvió a Priscila, esta estaba muy contenta, tanto que besó al Principe Carlos. Al dia siguiente Carlos le propuso matrimonio, y vivieron felices para siempre jamás.